sábado, 11 de diciembre de 2010

Cocó: El tercer vértice del triángulo.

Un año más.  Cierro los ojos y cuantos recuerdos me invaden, y en todos te conviertes en cómplice...
Pienso en esta, nuestra, relación que a pesar del tiempo, las edades y las distancias se mantiene indisoluble; y una sonrisa se me dibuja en el rostro.
Hermana te llevo impresa en mi corazón, eres muy importante para mí, y todos los días extraño tu presencia física, no sabes como añoro esos diciembres en la que las tres salíamos juntas del cuarto en casa de mi tía Tata y mi papá afuera sentado en la mecedora esperándonos para irnos a casa de la vieja Guillo, para comernos las hallacas, el pernil el pan de jamón y la ensalada por cambotes porque todo el gentío no cabía en una sola mesa, también me acordé de cuando por tu culpa el loco Pao Pao nos salió persiguiendo con las guarataras gritando Ayyyyy!!!, de las escapadas al río con Ernesto y con David, de tu compañía fiel en mis amaneceres de la Universidad, de tus canciones de Rocío Dúrcal, de otros secretos que aún compartimos.
Incontables son los momentos que hemos compartido, llorado y reído hermana y cada día que pasa me siento más orgullosa de tí, de como de ese pequeño capullo sobrevivió a tantas inclemencias de la intemperie para albergar y proteger a una colorida y delicada mariposa que por ley divina estará destinada a recordarnos que Dios existe y que el alma del hombre se enriquece de pequeños detalles que están y que fuerons creados especialmente para reconfortarnos el corazón...
Dicen que los hermanos mayores son los guías, pero hoy mi alma te cedió ese puesto...Lo que siento es tan inexplicable que no lo puedo definir, sólo me viene a la mente el día en que los tres vértices del triángulo perfecto se unieron en un abrazo bendecido por la llovizna del Caroní, para luego convertirse en la figura que define el universo: un circulo sin principio ni fin...
Te quiero cocó...

lunes, 1 de noviembre de 2010

Los gritos del silencio...

Aunque sabía que mis palabras quizá serían pan de piquito para los verdugos y se convertirían en los gritos del silencio, no pude moderme la lengua para callar, las palabras se volvieron efervescentes y decidieron salir para expresarse...Mundo cruel el de ahora lleno de injusticias y justicieros, nos acostamos todas las noches sin pensar a quien hemos podido dañar con nuestras acciones; o peor, felices de haber escalado pero, ¿usando a quién como peldaño?  A pesar de la lucha interna que tenemos de encontrar lo que realmente somos, no nos hemos puesto a mirar en qué nos hemos convertido, hemos dejado de lado nuestras convicciones y en algunos casos nuestros principios con tal de sentirnos seguros, hemos dejado de sentir compasión por otros, hemos dejado de ser leales con tal de no comprometer nuestra estabilidad.  Hoy tenemos una sociedad dividida por religiones, políticas y economías que lucha encarnizadamente por lograr la monarquía o la igualdad de razas y hay que tomar un bando, no importa si herimos a alguien tan sólo por pensar diferente...a ese que piense diferente lo enviamos a la hoguera y levantamos los brazos en señal de victoria como quien anota un gol en un partido de fútbol...Y ese, no tendrá hijos?, los querrá menos que yo?, no será tan buen profesional como yo? ¿Serían sus ideas y las mías la conformación de un gran equipo, un avance estelar? Eso no importa ahora sus palabras serán gritos de silencio para mí, mientras yo me impongo y que el temor ante el poder que en ese momento exista se apodere de su alma y no lo deje hablar ni ser...Entonces pido que las palabras se levanten como las mareas ante la luna y salgan los gritos del silencio pues quizá alguien con un oído muy agudo logre escucharlos y si tenga voz para liberarlos de su prisión...